Día Internacional de la Biodiversidad 2025: La OIMT en armonía con la naturaleza y el desarrollo sostenible
22 de mayo de 2025, Yokohama
Cuando pensamos en la biodiversidad, a menudo nos vienen a la cabeza imágenes de fauna silvestre, parques nacionales y zonas de conservación. Durante décadas, el enfoque dominante para conservar la biodiversidad ha sido proteger los ecosistemas naturales de la actividad humana, una reacción comprensible ante la rápida pérdida de especies y hábitats. Sin embargo, cada vez hay más pruebas de que la conservación y la producción sostenible pueden reforzarse mutuamente y coexistir.
Este cambio de perspectiva es especialmente urgente a la luz de las alarmantes tendencias mundiales. La Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES) informó que alrededor de un millón de especies de plantas y animales se enfrentan a la extinción, muchas de ellas en cuestión de décadas, a menos que abordemos las causas profundas de la pérdida de biodiversidad. La crisis de la extinción tiene consecuencias de largo alcance, la mayoría de las cuales aún se desconocen, pero es poco probable que auguren nada bueno para la humanidad. Los bosques tropicales, que albergan la inmensa mayoría de la biodiversidad terrestre del mundo, están en el centro de esta crisis, pero también representan la solución.
La OIMT y su papel en la conservación de la biodiversidad
La OIMT ha trabajado durante casi cuatro décadas para promover la GFS, que apoya tanto la conservación de la biodiversidad como el desarrollo económico de los países tropicales.
La sólida alianza de la OIMT con el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) de las Naciones Unidas, el tratado mundial dedicado a la conservación y utilización sostenible de la biodiversidad, ha sido fundamental. Esta colaboración culminó en la Iniciativa Conjunta de Colaboración OIMT-CDB para la Biodiversidad de los Bosques Tropicales, lanzada en 2010. Esta iniciativa ha apoyado numerosos proyectos que demuestran cómo la conservación y la producción pueden ir de la mano.
Desde la década de 1990, la OIMT ha elaborado múltiples directrices para los gestores forestales y los responsables de la formulación de políticas, en particular sobre la gestión de los bosques naturales de producción, los bosques plantados, la restauración de bosques secundarios y degradados, y el manejo de incendios. Todas estas directrices hacen hincapié en la conservación de la biodiversidad como principio básico.
En particular, la OIMT ha colaborado con la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) en la formulación de directrices de gestión forestal favorables a la biodiversidad, que ahora se están actualizando para reflejar los desafíos ecológicos y sociales actuales. La OIMT apoya también a los países tropicales en la gestión de áreas de conservación transfronterizas.

Un ejemplo de armonía entre la naturaleza y las personas
Costa Rica se ha convertido en un líder mundial en la armonización de la protección del medio ambiente con el crecimiento económico. El país ha invertido una de las tendencias de deforestación más drásticas del mundo, aumentando su cubierta forestal de un mínimo del 21% en la década de 1980 al 57% actual, al tiempo que protege el 25% de sus tierras. Sorprendentemente, lo ha hecho al tiempo que se convertía en el principal exportador agrícola de América Latina.
Esta transformación comenzó en la década de 1990 con reformas ambientales progresivas, entre las que destaca el programa de Pago por Servicios Ecosistémicos (PSE). Financiado con un impuesto sobre los combustibles fósiles, el programa PSE compensa a los terratenientes por conservar los bosques, y ahora también incluye tierras sin título, beneficiando a pueblos indígenas y comunidades marginadas.
Sin embargo, si bien Costa Rica celebra sus éxitos en materia de conservación, se enfrenta a nuevos desafíos.

La necesidad de una producción maderera sostenible
A pesar de los avances, las tasas de reforestación comercial de Costa Rica han ido disminuyendo desde principios de la década de 2010. Esta tendencia ha provocado una reducción de la oferta nacional de madera, aumentando el riesgo de tala ilegal tanto en bosques protegidos como privados. También ha provocado la pérdida de puestos de trabajo, ha fomentado el uso de sustitutos madereros no sostenibles y ha amenazado la capacidad de Costa Rica para cumplir sus objetivos de REDD+.
Para hacer frente a estas preocupaciones, Costa Rica lanzó una nueva iniciativa para aumentar la competitividad de su reforestación comercial. Con el apoyo de la OIMT, el proyecto propondrá mecanismos innovadores de financiación de plantaciones forestales sostenibles con el fin de aumentar la productividad de las plantaciones y promover productos madereros de alto valor que incrementen los ingresos de los pequeños productores.
Esta iniciativa se centra en la región forestal norte del país, de donde procede la mayor parte de la madera nacional. En esa región, los bosques se están convirtiendo cada vez más para la agricultura debido a la escasa rentabilidad de la gestión forestal sostenible (GFS). Esta tendencia se debe a una combinación de factores: conocimientos técnicos limitados, apoyo inadecuado, escasa capacidad de comercialización de los pequeños productores, y baja demanda de madera local.
A través de los conocimientos técnicos de la OIMT, las instituciones forestales de Costa Rica se comprometen con las comunidades locales, en particular mujeres y jóvenes, en consonancia con el plan nacional de acción de género REDD+ de Costa Rica y las directrices de la OIMT sobre igualdad de género, para crear oportunidades de trabajo digno y mejorar los medios de sustento. Con conocimientos más sólidos, una mejor gobernanza y un mayor acceso al mercado, los propietarios de tierras estarán más dispuestos a gestionarlas de forma sostenible en lugar de convertirlas.

Biodiversidad y desarrollo sostenible
El Día Internacional de la Diversidad Biológica (22 de mayo), con el lema «Armonía con la naturaleza y desarrollo sostenible» de este año , pone de relieve las sinergias entre los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y el Marco Mundial Kunming-Montreal para la Diversidad Biológica (KMGBF). Estas dos agendas mundiales están entrelazadas y ambas deben enfocarse conjuntamente para garantizar un futuro de paz, prosperidad, bienestar humano y resiliencia ambiental.
No existe ninguna contradicción inherente entre la conservación de la biodiversidad y una economía forestal dinámica. La GFS, el principio rector de la OIMT desde la década de 1980, sigue siendo la forma más eficaz de garantizar que los bosques continúen prestando sus innumerables servicios ecológicos, sociales y económicos.
En este Día Internacional de la Diversidad Biológica, la Directora Ejecutiva de la OIMT, Sheam Satkuru, recuerda que la GFS «es una forma concreta y eficaz de alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)». En particular, los objetivos relacionados con la acción por el clima, la vida en la tierra, la reducción de la pobreza y los medios de vida sostenibles. «También es esencial para alcanzar las metas del KMGBF, que aboga por la conservación y restauración de los ecosistemas al tiempo que se mejoran los beneficios para las personas y se garantiza una participación equitativa», añadió.
Cuando se gestionan de forma sostenible, los bosques tropicales pueden sustentar por igual ecosistemas prósperos y comunidades resilientes. «La armonía con la naturaleza no es un ideal abstracto. Es una necesidad crítica para un mundo resiliente, equitativo y sostenible, y la GFS es una de las herramientas que contribuyen a materializar esa idea», subrayó la Sra. Satkuru.