Cuando las microempresas tienen un macroimpacto

2021/03/07

Patricio Coroy, fundador de Sacalá, muestra una huevera de madera, un producto vendido por un minorista en todo el país. Fotografía: R. Carrillo/OIMT

En muchos países, las micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes) representan la mayor fuente de empleo, siendo una parte vital de sus economías nacionales. En Guatemala, el apoyo a las Mipymes es un tema prioritario del gobierno y, como parte de este proceso, un proyecto de la OIMT conocido como Proyecto de Gestión Empresarial de Mipymes Forestales abordó los negocios informales con el fin de incorporarlos a la economía formal del país.

Las Mipymes forestales se enfrentan a una amplia gama de problemas, inclusive una falta de estados contables y financieros; maquinaria obsoleta para sus procesos de transformación; falta de estrategias de comercialización y mercadeo; seguridad industrial nula para sus trabajadores; carencia de información sobre mecanismos financieros que proporcionen apalancamiento y crecimiento; y conocimiento limitado de las oportunidades y la demanda de sus productos y de sus clientes potenciales.

El proyecto benefició a varias Mipymes, tanto empresas individuales como familiares y comunitarias. Se creó una base de datos de 127 Mipymes a nivel nacional. Por otra parte, se desarrollaron diagnósticos empresariales para 40 Mipymes de este total y se elaboraron planes de negocios para 19 de ellas.

Durante la vida del proyecto, 320 personas fueron capacitadas en un Diplomado de Gestión Empresarial que comprendió ocho módulos: 1) empresa; 2) mercado; 3) análisis técnico; 4) análisis ambiental; 5) análisis financiero; 6) análisis económico; 7) plan de acción; y 8) presentación de planes de negocios. Estos módulos fueron replicados por todo el país.

Una de las empresas beneficiarias del proyecto fue Sacalá, situada en el departamento de Chimaltenango, no lejos de la ciudad de Guatemala. En 1998, con el apoyo de algunos donantes, se estableció una pequeña carpintería con equipo manual (dado que no había energía eléctrica). La empresa Sacalá se estableció en 2004 como sociedad anónima y en 2012, amplió las instalaciones de la carpintería. La estructura organizativa de Sacalá ahora se ha consolidado con el apoyo del proyecto, y se estableció el primer plan de negocios quinquenal que actualmente se encuentra en ejecución.

El 98% del mercado actual es nacional, con 13 clientes principales, y el 2% de la producción de la empresa se dirige al mercado internacional (con un cliente en Estados Unidos de América). A la fecha, Sacalá ofrece a sus clientes más de 100 productos, entre los que se incluyen cajas para té, tarjeteros, tablas para queso, aisladores, fruteros y servilleteros, todos ellos producidos con trozas de diámetros menores extraídas de los bosques manejados localmente.

El proyecto ayudó a la empresa a desarrollar nuevos productos y diseños. Sacalá comercializa sus productos a través del canal detallista, que a su vez los vende al consumidor final. Uno de estos minoristas es CEMACO, una cadena de 17 tiendas a nivel nacional. En el período de influencia del proyecto, de 2014 a 2018, las ventas aumentaron; por ejemplo, entre 2017 y 2018, las ventas se incrementaron más del 50%.

Sacalá contribuye con la generación de empleo directo y permanente para 12 cabezas de familia e indirectamente beneficia a alrededor de 60 personas.